El país avanza hacia la reprimarización de la economía por cuenta de la entrega de los recursos naturales al capital extranjero; que ocasiona una desindustrializazión y una concentración de poderes económicos con el respaldo del aparato paramilitar. El Gobierno Nacional ofrece cada vez más garantías a los foráneos en contravía de las garantías laborales, de asociación y los derechos humanos de millones de colombianos.
“Los colombianos acuden a una segunda colonización a través de las empresas multinacionales en todos los aspectos; industrial, agrícola y mineroenergético”, aseguraron dirigentes sindicales que participaron en el foro acerca de las consecuencias de la inversión extranjera en Colombia, realizado en las instalaciones del Congreso de la República, hace dos semanas.
En su intervención la senadora del Polo Democrático Alternativo, Gloria Inés Ramírez, quien instaló el foro, aseguró que los gobiernos se han preocupado más por afianzar la inversión extranjera con todo tipo de prebendas y que Uribe Vélez dio más privilegios para que tuvieran mayores beneficios. “La mayor consecuencia la sufren los trabajadores con la flexibilización, la desregulación del contrato de trabajo, el acabar con el recargo nocturno y las reformas pensiónales, para que haya mano de obra barata”, explicó la Senadora.
Dijo que además de las reformas tributarias decretadas para hacer más impuestos indirectos y mayores beneficios para la inversión extranjera, se generó el acabose de la agricultura y la industria. “La inversión extranjera no se hace para crear industria sino para apoderase de empresas como Bavaria, Telecom, la salud, el sistema financiero y creció el desempleo. La inversión extranjera los últimos años se ha enfocado en el sector mineroenergético que en el Plan de Desarrollo es una de las locomotoras gubernamentales. Es un proceso de reprimerización de la economía”, añadió Gloria Inés.
Al contradecir versiones oficiales explicó que la explotación de los recursos naturales no hará salir al país de la crisis, “Solo ha llevado al acabose del ambiente, como en el departamento del Cesar, de igual forma los páramos y humedales son zonas de exclusión de explotación minera pero éstas tienen peticiones de titulación minera. También se da el desplazamiento de las comunidades por medios violentos, con amenazas, asesinatos, desalojo violento para quedarse con las tierras de las comunidades e indígenas”.
Sin soberanía alimentaria
El sector agroalimentario, representado en organizaciones como Sinaltrainal, Sintraintabaco y Sintrainagro, aseguró que el objetivo de las políticas neoliberales es afianzar el monopolio sobre los alimentos y la agricultura; negando la posibilidad de acceso a los bosques, páramos, minas y comestibles básicos para la subsistencia de los pueblos más pobres.
Explicaron que las barreras arancelarias no permiten el comercio de productos agroalimentarios con los países más pobres, y que las multinacionales imponen normas para la generación de estos productos con la meta de acabar la pequeña producción de campesinos e indígenas. Los monopolios han crecido al punto de que cuatro multinacionales dominan la producción de café y dos la de banano.
Aseguran que no sólo prevalece el uso del suelo para la ganadería extensiva, dejando de lado la pequeña producción de alimentos, sino que hay una apropiación de la biodiversidad por medio de los TLC. Crece el desplazamiento forzado para imponer el cultivo de la palma africana y aumenta el cultivo de caña de azúcar para agrocombustibles.
Explicaron que la producción de tabaco es monopolizada por la Philips Morris, British American y Protabaco, lo que generó la ruina de cultivadores y la pauperización de los trabajadores tabacaleros. La seguridad alimentaria está en riesgo por el control que tienen sobre este sector de los alimentos, Nestlé, Unilever, Sab Miller y Coca Cola.
El sector mineroenergético de donde asistieron Funtraminergetica, la USO y Sintraelecol, denunciaron que las transnacionales con apoyo de paramilitares se afianzaron en las regiones donde se adelantan proyectos de explotación o se proyectan megaproyectos mineroenergéticos; porque Colombia está en la mayor roca productora de petróleo, la cual comparte con Venezuela y Ecuador, y es el mayor productor de carbón a cielo abierto y de minerales como oro, níquel. Los trabajadores revelaron también que la infraestructura energética está puesta al servicio de las multinacionales y la producción de oro está en manos de más de cuarenta monopolios extranjeros. Exigieron la nacionalización de la producción mineroenergética.
Sector financiero y salud
Del sector financiero asistieron la UNEB, Sintrabancol y usuarios de éste, quienes evidenciaron el engaño del gobierno de César Gaviria, cuando en 1990 se dijo que con la llegada de flujos de capital extranjero mejorarían las condiciones de los colombianos.
Con la llegada del grupo Santander y el BBVA, se arremetió contra los trabajadores con despidos y persecución a los sindicatos. De igual forma sucedió con el HSBC y el City Bank.
Sintraemsdes, la mesa nacional de trabajo sobre servicios públicos, la asociación de desconectados, participaron por el sector de servicios públicos y se manifestaron contra el saqueo de éstos con la venta de empresas como Telecom y la Caja Agraria. Además, mostraron cómo se ha implementado la escisión de los negocios de las empresas como EPM, Emcali donde separan sus unidades de servicios para privatizarlos.
Para los trabajadores del sector salud, desde la Ley 100 ésta ha venido en detrimento y el servicio ha pasado a ser en un negocio. Además, el sistema se presta para la corrupción ligada a quienes detentan el poder político y económico, como se evidencia con los escándalos del sistema de salud donde Salucoop no invierte en la salud de sus usuarios sino en su negocio, para hacer infraestructura y vender servicios a otras EPS.
Algunas conclusiones
Los participantes acordaron aunar esfuerzos para principalmente, rescatar las empresas estatales energéticas y de comunicaciones como Emcali, ETB, Ecopetrol, EPM, con su nacionalización, al igual que los recursos mineroenergéticos. Luchar para evitar la venta de las pocas empresas nacionales que aún quedan y la entrega de los recursos naturales a las multinacionales.
También se comprometieron a luchar por asegurar la estabilidad de la seguridad alimentaria, dotando a los campesinos e indígenas de sus tierras para la producción agrícola y de subsistencia con real apoyo económico.
Ratificaron estar en contra de los TLC, en tanto éstos sigan siendo desventajosos para los intereses de los trabajadores y el pueblo colombiano. Y, contra la persistente violación de los derechos humanos de los trabajadores y de las organizaciones sindicales, con el más alto grado de impunidad.
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